¿Dónde se han metido los “cabeza de chorlito”?

El chorlito dorado (Pluvialis apricaria) es un pájaro que pasa el invierno en tierra firme, aunque siempre gusta de terrenos encharcados, que para eso es un limícola. Pasa la época reproductora en latitudes altas (Islandia, norte de Gran Bretaña, Asia occidental y países escandinavos), llegando casi al Ártico. Después de pegarse la paliza correspondiente, en la época fría (aunque para él no lo sea tanto) vive en el sur de Europa y noroeste de África.

En nuestra provincia se suele ver en campiñas y pastizales donde, sin ser abundante, es relativamente frecuente en determinados lugares. Este año estoy viendo muy pocos en los enclaves donde siempre han invernado. Es cierto que hasta ayer no ha caído ni una gota y el terruño tradicionalmente chorlitejo es poco menos que un secarral lleno de polvo.

Dice alguna cultura popular que cuando un cazador abate a un chorlito, el resto del grupo se acerca a ver qué ha pasado con su compañero, demostrando así tener poco cerebro. De ahí la expresión “cabeza de chorlito”. Habrá que estar atentos por dónde se están moviendo estos descabezados, a los que hay que echar debida cuenta. A pesar de estimar en torno al medio millón de parejas reproductoras, nunca se sabe por dónde va ir la cosa. Se están viendo casos más raros en pájaros un tanto “viles”: se calcula que en 2010 despareció un millón de gorriones en nuestro país. Casi na.

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