El panarrial más grande del mundo



- Niño, tráete un cubo, rápido
- ¿Cuál?
- El más grande que encuentres. Ah, y una tapadera que apañes en el trastero

Mientras, su padre se encaramaba hacia lo alto de la pared, apoyado en una cochambrosa escalera de madera del abuelo. El utensilio en cuestión tenía su historia, pues aparte de cumplir con su cometido también sirvió para los entrenamientos malabaristas del abuelo, que estuvo trabajando en un circo.

- ¿Lo traes ya o qué? ¡Que se van a ir!
- Ya voy, papá
- Quítate de ahí o te vas a acordar toda tu vida del día de hoy
- ¿Y eso? ¿Qué estás haciendo ahí arriba?

No sin cierta dificultad, el padre subió a duras penas el pesado cubo de hojalata con su inestable tapadera de madera. Los impactos contra la pared alertaron a la vecindad, que cada vez más agrupaba toda suerte de curiosos. Por fin pudo acceder a la grieta de la pared que estaba a punto de desplomarse.

Y al meter la mano… cientos de panarrias salieron como pudieron, las más cayeron al suelo, y alguna se quedó enganchada con sus afilados dientes a los excepcionales dedos del cabeza de familia. Me cago en dios, me han mordido, exclamó el buen hombre. Al tiempo que llenaba el cubo de bichos, una lluvia de quirópteros se dejó caer sobre el cuerpo del niño. ¡Vaya si se iba a acordar de ese día!.

Hoy, 50 años después, todavía siente escalofríos al recordarlo, incapaz siquiera de ver una película de Batman.
 
[imagen tomada de internet. Gracias al desconocido autor]

PD. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.