El origen del alzacola

Cuenta la leyenda que el Dios Ornis era muy dado a hacer bromas; el día que se levantaba con ganas de cachondeo, la liaba. Y la lió, claro que sí, a costa de que muchas criaturitas tuvieran que cargar de por vida con el sambenito nominal: albatros ojeroso, rabijunco etéreo, piquero enmascarado, rabihorcado magnífico, reinita charquera… Pero hay más en este sorprendente y desconocido personaje, nuestra deidad tenía fama entre el gremio de no ocultar su libidinoso comportamiento, de hecho las diosas rehuían a su paso y los dioses… también.

No quedó ahí su lujuriosa sorna, y continuó enredando. A un discreto y oscuro pájaro de pico rojo lo convirtió en el hazmerreír de todos; no tuvo otra que llamarlo polla de agua, y encima agradecido por especificar el sitio donde vive. Menos mal que muchos años después alguien tuvo a bien empezar a llamarlo gallineta, aunque para la posteridad quedará, para su desgracia, la original polla.

Tampoco acabó así su banalidad, con el tiempo volvió a la carga y se jactó con el rabilargo, nombre que suponemos no procedería de la inspiración que ofrecen los singulares varones de China y Japón. Quedará, pues, la esperanza de que esa iluminación le llegara de la cinematográficamente demostrada virilidad ibérica. Pero no se sabe, conste.

Y el alzacola remató tamaña e impúdica exhibición de socarronería. Pura poesía que sólo mentes febriles pueden confundir con la realidad. Delicioso.

[Tomado de la web de SEO /BirdLife]


[Big Year] Alzacola rojizo: 264