Moritos en Córdoba

Tarde de lectura. Sí, al fin encuentro uno de esos momentos con uno mismo donde la diversión está asegurada. Esta vez, para variar, me dispongo a devorarme literatura de cierta densidad, Democracia radical, de Ángel Calle. Aún no sé si estoy preparado para ello. El tercer volumen integral del excelente comics The Boys se asoma a diario desde mi particular mesilla de noche. Dudo.

Resuelvo hincarle el diente. Y empiezo por el capítulo de Carlos Taibo, autor nada ajeno a mi biblioteca. Me cuesta. La lectura no consigue atraparme y me distraigo. Miro el paisaje, los Sotos de la Albolafia con la mezquita al fondo, imagen de mi infancia. Cambio de capítulo, pero no hay manera.

Levanto la vista. Los ojos tienen que descansar y la mente… la mente está en otras cosas. Tres moritos pasan sobre mi campo visual, acaparando toda mi atención. No hay mejor forma de desconectar. Añoro mis prismáticos, ahora aburridos en el cajón. 

Consigo seguirlos un buen rato hasta que desaparecen por donde tienen que desaparecer. Río arriba, allá donde se encuentra la pajarera urbana de garcillas, garcetas, grajillas, garzas, estorninos, martinetes, y ahora, al fin, moritos. Bienvenidos a Córdoba.

Foto de mi amigo Juan Aragonés, tomada furtivamente de su muy recomendable blog: lazumaya.blogspot.com