Por la ZEPA Campiñas de Sevilla

Qué mejor manera de celebrar el Día Mundial de las Aves que pajareando. Y qué mejor sitio que la ZEPA Campiñas de Sevilla. Recuerdo la primera vez que visité el espacio; me llevé una grata sorpresa en número y calidad de las especies observadas. Era invierno y todas las lagunas estaban a rebosar. Había leído sobre ellas pero, a pesar de la cercanía, los designios inexcrutables de uno mismo no me habían llevado a caminar hacia allí.

De eso hace ya tiempo y la visita de hoy en absoluto se parece a la de aquel día. Mucho calor, nada de viento y, lo que es peor, sin agua. Tan sólo se salva la laguna del Gobierno por estar alimentada artificialmente de la depuradora de Lantejuela.

A diferencia de la campiña cordobesa, aquélla tiene mucha mayor diversidad de aves. También es bastante más diversificada en el hábitat, pues junto a la dominancia de tierra calma y olivares, quedan linderos, arroyos con alguna vegetación, algunas encinas aisladas, minúsculas manchas de vegetación natural y un rosario de lagunas muy interesante. Ese es su secreto, y por eso nunca suele fallar.

Hoy el espectáculo lo han dado los paseriformes de paso, tarabillas norteñas, collalbas grises, mosquiteros musicales y bisbitas campestres, pájaros inadvertidos para el común de los mortales. Y junto a ellos los omnipresentes ratoneros comunes, cuervos y perdices, aquí muy abundantes.

Una de las aves más bellas, interesantes y cada vez más escasas, el mochuelo

Tarabilla norteña

Un rezagado joven de alcaudón común