La presa de hoy


Principios de ese mes donde en Córdoba todo es aroma. Absorto en la red, buscando y aprendiendo de pájaros, que así también se aprende, encuentro de pura casualidad un blog donde aparece un magnífico ejemplar de eider real. Tengo fascinación por ese pájaro… por ese y por todos. Anoto la dirección, el nombre del autor, su correo, resuelvo escribirle. Un estudiante español en Aberdeen. De inmediato se me desata la bestia viajera con quien convivo en periodo de latencia con frecuentes despertares. Tengo que ir a verlo.

Año y medio después, buscando literatura ornitológica patria, me topo con un autor que coincide con el apellido del estudiante. Es su padre, quien ha tenido la habilidad y fortuna de inyectarle el veneno de los pájaros. De inmediato me hago con “La presa de hoy”, de muy rápida lectura. Y allí encuentro pájaros, en efecto, pero sobre todo me topo con una historia muy dura, endulzada con musicalidad, ternura, paisajismo y paisanaje.

Dave Langlois, un desconocido amigo de Facebook, ha contribuido con su impetuoso relato a impulsar un género literario ausente en nuestro país, y eso es muy de agradecer.