Escribano soteño

Fría, lluviosa, nublada y ventosa mañana en un paraje muy desconocido para mí, Despeñaperros. No vuela nada, la vida está oculta tras las piedras, troncos y frondosas hojas de perennes plantas. Sólo un zorro se ve sorprendido, traicionado por el ruido del motor, y en su huída, un grupo de perdices escapa tan rápido como puede no vaya a ser que el raposo le dé por llevarse a alguna por delante. Harto improbable.

Tímidamente aparece un escribano soteño, un machote que, tal vez desafiándonos se coloca delante y comienza a desgañitarse, ¿dónde vais pazguatos, no véis que os vais a congelar?

Escribano soteño