A vueltas con el Odiel

Las marismas del Odiel nunca defraudan. Constituyen una verdadera institución libre de enseñanza para los que somos de interior, poco acostumbrados a la limicolidad en el pajareo. Tamaños números de aves obligan al observador a escudriñar uno a uno todos los individuos, no vaya a ser que se entremezcle algún sobresalto. Aún así, es más que probable que en más de una ocasión alguna se cuele. Al menos para el que esto escribe. En esta ocasión la sorpresa la ha dado un ejemplar de archibebe fino, especie que sólo he visto aquí, en el Odiel, y la solitaria alca de la fotografía.

Pagaza piquirroja entre gaviotas
Grupete de gaviotas de Audouin junto a omnipresentes sombrías
Un solitario machote de rabudo en Calatilla, de pose fácil para los fotógrafos
 
La prueba del alca